ASENTAMIENTOS PREHISPÁNICOS EN LO QUE HOY ES SINALOA
En 1529, a la llegada de Hernán Cortés, el territorio que actualmente comprende a Sinaloa estaba dominado por siete diferentes grupos indígenas.
Cahitas
• Ocupaban lo que hoy es Ahome, El Fuerte, Guasave, Sinaloa y parte de Choix.
• Pertenecieron al grupo racial yaquis y mayos.
• Se extendían en las riberas de los ríos Fuerte y Sinaloa.
• Eran sedentarios, sembraban calabaza y frijol, practicaban la recolección de frutos silvestres como pitayas.
• Se dedicaban a la pesca y a la caza.
• Criaron el denominado perro bichi, que además de compañero les servía de alimento.
• Sus casas eran de petate.
• Andaban semidesnudos, cubriendo su cuerpo con mantas y pieles de los animales que cazaban.
• Conocieron la elaboración de canoas, aunque la comunicación por agua tuvo poca importancia debido al bajo caudal de los ríos.
A pesar de tener una cultura menos desarrollada que los pueblos ubicados más al sur, como los tahues y los totorames, ha quedado mayor información sobre ellos, debido a la labor evangelizadora llevada a cabo por los misioneros jesuitas, que redactaron numerosas relaciones que al día de hoy se conservan.
Tahues
• Habitaban en lo que hoy es Culiacán, Mocorito, parte de Badiraguato y la zona costera de Elota y San Ignacio, hasta la margen derecha el río Piaxtla.
• Cultivaban maíz, algodón, chile, calabaza y frijol.
• Recolectaban frutos silvestres, como tunas, pitayas y semillas de mezquite con las que hacían atole.
• El pescado y los mariscos también eran parte de su alimentación.
• Cultivaban el algodón y elaboraban mantas y camisas para las mujeres.
• Desarrollaron la cerámica.
• Eran pacíficos, sus armas eran arcos y flechas con punta de obsidiana, a veces empleados para la caza.
• Contaban con una jerarquía de autoridades principales y secundarias.
Los tahues sabían hilar y tejer el algodón mantas y ropa, también practicaba el juego de pelota, así como otros pueblos de totimacasi
No hay demasiados testimonios de la lengua tahúe, aunque Campbell, 1979 considera posible que se tratara de una lengua uto-azteca, posiblemente relacionadas con las lenguas de la cáhitas
Totorames
• Territorio comprendido entre los ríos Piaxtla y de las Cañas.
• Tuvieron un señorío independiente cuya cabecera se ubicaba en Chametla (centro de mando y algunas comunidades vecinas como Teacapán, Escuinapa y Otates, funcionaban como centros ceremoniales).
• Eran grupos sedentarios, se dedicaban a la agricultura, aunque la pesca era parte de su dieta. Salaban el pescado para conservarlo y comercializar con él. Procesaban la sal y hacían trueque con los granos.
• Sembraban tabaco y algodón que les servía para elaborar prendas de vestir.
• Su influencia llegó hasta las regiones que hoy es Durango, Nayarit, incluso Arizona.
Los totorames tenían una gran veneración por sus muertos; aprendieron a enterrarlos en ollas de pared gruesa, sepultándolos cerca de sus casas. Les ofrendaban objetos de barro especialmente elaborados, desarrollando una cerámica fina, detalladamente pintada, observándose actualmente los restos de colores rojo, naranja, crema y café, además del blanco y el negro.
Acaxes y Xiximes
• Ocuparon la parte de la sierra donde colindan los estados de Durango y Sinaloa. Territorio de lo que hoy son los municipios de Sinaloa a Escuinapa. Vivían en las partes mas inaccesibles de la sierra.
• Eran agricultores, producían chile, maíz y calabazas. El maíz lo comían hecho tortilla, atole o pinole.
• Obtenían la sal por medio del trueque y era muy cara, por eso no salaban las comidas, así que primero tomaban un poco de sal y después el bocado.
• La pesca les daba mucho alimento.
• Sus casas eran de barro y vara o de piedra y lodo. Residían enclavados en rancherías en los picachos de la sierra.
• Constantemente estaban en guerra, y cuando ganaban una batalla, organizaban unas comilonas en las que tomaba parte todo el poblado.
Era la nación xixime la más brava, inhumana y rebelde de cuantas poblaban el grueso de esta sierra y que habitaban en los puestos más empinados y dificultosos de ella; tenían lo ya experimentado, así los indios acaxees sus vecinos, como los españoles de todos aquellos reales de minas en el interior de la sierra.
Horrorizaba especialmente a los españoles la antropofagia que acostumbraban los xiximes, pues a decir del cronista, no era un rito para celebrar las victorias, como entre los acaxees y los cahitas, sino una forma ordinaria de alimentación, y buscaban a hombres, mujeres y niños como presas de cacería. Es muy probable que estas apreciaciones de los cronistas españoles reflejen más el miedo que les inspiraban los xiximes que una realidad histórica, pues no se ha encontrado entre los aborígenes del noroeste algún grupo que recurriera a esta costumbre.
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